Los hombres viven en la playa para abrazar al océano
Los hombres abrazan al océano para buscar las olas
Los hombres buscan las olas para encontrar su ola

Las olas se esconden celosas para ser misterio
Los hombres son tan curiosos que no soportan secretos
Se pierde la chispa, se corre el velo, se apaga la vela
Lagrimas saladas de miles de hombres suben la marea

Las mujeres del mar, las olas, siempre abandonan
Las mujeres terrestres siempre esperamos, pacientes celosas
Con la tetera silbando una triste melodía
Con el mantel a cuadros bailando en el viento
Con el azúcar blanca formando una nueva Vía Lactea

Ser el abrigo de un hombre sin esperanzas
Ser el pecho de un niño huérfano con el alma destrozada
Vivir sabiendo que nunca seremos como ellas
Mujeres que danzan con gracia y collares de perlas
Mujeres que nadan en el mar de las estrellas
Mujeres que sirven el vino tinto con Dionisio
Mujeres que son puro misterio
Mientras nosotras somos pura franqueza...
Aunque lo intentemos
Nunca brillaremos como la luna